Es inútil. Definitiva y totalmente inútil. No se puede hacer ver a quien no desea ver. Y, más grave aún, que además de no querer ver, se cubran con un manto de triunfalismo avasallante que pretende hacer ver que las elecciones del 26-S están ya ganadas y que el 27 nacerá, automáticamente, una nueva Venezuela multicolor que pondrá en su sitio al coma andante. Y lo peor, la cantidad de seguidores de estos flautistas de Hamelin que se conforman con cualquier necedad arrogante que escape de esas bocas.
No queremos ser. Ese, y no otro, es nuestro problema. Mientras no me toquen a mí, valga todo, que ya estos “dirigentes” velarán por mi bienestar, y si no es esta vez pues será la próxima (y como diría Andrés Eloy: “y en un eterno esperar se me pasará la vida”) sin siquiera pensar que a cada oportunidad perdida (o desaprovechada, es lo mismo) se nos acorta la vida tal cual la conocemos y una buena mañana despertaremos a los acordes de “la Internacional”, debidamente uniformados de rojo-rojitos rezando las alabanzas al Líder Supremo “por los favores recibidos”…No dudo, aunque es bastante discutible, que los gobernadores de oposición debieran acudir al Consejo Federal de Gobierno (¿federal? ¡Si lo primero que ha hecho el coma andante es acabar con la federación y promover el más descarado centralismo!) Pero, me pregunto, ¿y la solidaridad con Ledezma…? ¿Vale más un nombramiento a dedo que una elección popular? Pero del mero hecho de asistir al acto, a celebrar las bufonadas del impresentable y reír a mandíbula abierta sus “gracias” en ameno tête à tête (vean las fotos de Morel y Pablo) hay una distancia infranqueable e imperdonable.
¿Alguien puede sorprenderse de que la mitad de los votantes se consideren ni-nis si esta es la alternativa que se presenta? Esto no es alternativa alguna; es, simplemente, más de lo mismo. ¿Qué mayor prueba de la saciedad del pueblo con los métodos de la IV que la elección de alguien como el coma andante? ¿Y se le ofrece lo mismo…? Con el agravante de un triunfalismo desmedido, sin bases firmes, afectado, desde el mismo anuncio de los candidatos por gracias como las de COPEI, Mendoza-Borges y Froilán Barrios y las que surjan de aquí a septiembre.
Seguiremos dando tumbos a la espera de un nuevo Mesías. Volverán, cual oscuras golondrinas, los errores garrafales, las peleas intestinas, la ambición desmesurada y la ceguera de los “dirigentes” con la variante de que no habrá a quién culpar de nuestros propios errores. Y entonces, ya perdida la Patria, aparecerá Boabdil a enseñarnos a llorar como mujeres lo que no supimos defender como hombres…
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