Alejandro Guerra / EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO SON INTRÍNSECAMENTE PERVERSOS Y SIGNIFICAN LA MUERTE PARA LA REPUBLICA
Hace días oí a periodista Carla Angola hacer una referencia al socialismo del Presidente de la república y decía que era el socialismo a la cubana, luego escuche hoy en la mañana a la profesora Martha Colomina hablar del comunismo a la cubana.
No tengo la menor duda de que ambas son aplicadas y dignas profesionales, uso sus nombres solo a titulo de ejemplo para denunciar un error muy común. Es inútil añadir el adjetivo cubano o cubana a las palabras comunismo o socialismo, eso produce la creencia de que es posible la existencia de uno u otro de ellos, bueno o sano, y eso esta reñido con la realidad histórica.Paso a resumir un sermón pronunciado el 8 de diciembre de 1937 en la Santa Iglesia Metropolitana de Mérida, por el entonces presbítero José H. Quintero, en el futuro, su Eminencia José Humberto Cardenal Quintero, persona de quien seria una injusticia negarle su ponderación, ecuanimidad y apego a la verdad.
La Serpiente en el Paraíso…el episodio es conocido por todos, “este episodio bíblico no se efectuó una sola vez: él ha venido repitiéndose en todo el discurso de la historia. Hoy mismo somos testigos de su repetición. El comunismo, doctrina Intrínsicamente perversa como la serpiente paradisíaca, se acerca con andar silencioso y ondulante a las clases más débiles, a los obreros, y les dice falaces palabras tentadoras (…) El error nunca seria temible si se presentara francamente; pero él busca siempre disfrazarse con el ropaje de la luz de la verdad. Tal es la táctica del comunismo. Es una verdad innegable que en nuestros días las riquezas están mal repartidas (…) que existen abusos engendrados por la aplicación de los principios del liberalismo al campo de la economía. Apoyándose en estas verdades, el comunismo se presenta a las masas como campeón que se propone mejorar las condiciones de vida de la clase obrera, repartir equitativamente las riquezas y poner fin a aquellos reprensibles abusos. Todo esto no tendría nada de objetable si debajo de ese programa alucinante no se ocultara una doctrina nefasta, tan peligrosa y mortífera como un nido de víboras.
El principio fundamental, la base de la doctrina comunista es el materialismo marxista. Para el comunista solo existe la materia y nada, absolutamente nada puede existir independiente de ésta. (…) la materia según la concepción marxista, además de la inercia, tiene en sí una potente energía, un dinamismo poderoso. Entre aquella inercia y esta energía hay una lucha constante. Es la condición del progreso general en la naturaleza. Tal progreso se realiza en último término de una manera brusca, por revolución. Como la sociedad no es sino una resultante de la evolución de la materia, en ella se da también esa lucha (…) Como en la naturaleza no se da el progreso sin el cambio violento y brusco, así en la sociedad humana será imposible el progreso sin la lucha de clases y sin la revolución. El comunismo asumiendo gesto de profeta, predice la desaparición de las clases, con ella vendrán la paz, la libertad y la felicidad sobre los hombres (…) a ese paraíso donde nace y florece espontáneamente la quimera.
Consecuente con estos principios, el comunismo fabrica su moral. También acepta el principio universalísimo de que hay que hacer el bien y evitar el mal. Pero entiende por bien todo lo que contribuya al éxito de la revolución que pregona y entiende por mal todo lo que se oponga a esa revolución. De ahí que la mentira, el engaño y el asesinato sean según él, buenos, laudables y lícitos y aun en ciertos casos obligatorios, si contribuyen al triunfo de la revolución. Es preciso que nosotros estemos resueltos a cualquier sacrificio y en caso de necesidad aún a llevar a la practica todo lo que este en nuestra mano: ardides, astucias, métodos ilegales; prontos a callar la verdad y a disimularla. En una palabra, es de los intereses de la lucha de clases de donde nosotros deducimos nuestra moral” ( Lenin en su obra “Sur le Religión”, citado por “Essai d´une Somme Catholique contre les Sans-dieu”, ed. Spes. Paris, 1936, p. 480)
En la Venezuela de hoy, disfrazándose con el antifaz de izquierdismo democrático, por impedirle nuestras leyes presentarse en publico con su verdadero rostro, el comunismo viene astutamente infiltrándose oculto en la histrionicidad del presidente de la republica. Ya se han violado los mas elementales derechos humanos de todos aquellos que no profesan el credo revolucionario, ya se ha violado la separación de los poderes que integran el Estado, ya se ha irrespetado la voluntad popular manifestada en varias consultas electorales, ya se irrespeta de forma abierta el derecho a la propiedad y el derecho de estar informados, ya ha sido mancillada la dignidad del ejercito, ya han sido mancillados nuestra soberanía y nuestro gentilicio, se ha dilapidado nuestros recursos convirtiéndonos en el hazmerreír de una serie de advenedizos y parásitos que sin piedad nos convierten en una nación de mendigos en una tierra privilegiada por la providencia con recursos que parecían infinitos.
La lista de las humillaciones también podría parecer infinita y sin embargo todavía es apenas el comienzo, aun somos libres e independientes, todavía tenemos muestras tradiciones, nuestras familias y la vida pero eso será ¿hasta cuando? Permanecemos dormidos ante el peligro, se cumplen las palabras del Salvador los hijos de las tinieblas son mas solícitos que los hijos de la luz, es la hora de la civilidad, es la hora de la ciudadanía, si el marxismo triunfa entre nosotros no serán solo hambre, miseria y desolación nuestro futuro. Es nuestra obligación resistir de lo contrario perderemos la libertad y será la muerte de la Republica.
Click aqui |