Alejandro Guerra / LOS HOMBRES DEL CEREBRO DE ORO
Esta es una variación del cuento “El hombre del cerebro de oro” del escritor francés Alphonse Daudet escrita por allá por el año 1869, cuenta la historia de un niño que nació con el cerebro de oro, mantuvo oculto su secreto hasta los 18 años ese año arranco de su cerebro un pedazo y se lo dio a sus padres.
“deslumbrado por las riquezas que llevaba en la cabeza, enloquecido por los deseos, ebrio de poder, abandono la casa paterna y se fue por el mundo malgastando su tesoro. Al ver su tren de vida principesco, derrochando el oro a manos llenas, se hubiera dicho que su tesoro era inagotable…No obstante, se agotaba y poco a poco se podía ver como se apagaban sus ojos, cómo sus mejillas se ahondaban. Finalmente un día de loco desenfreno, cuando el desgraciado se quedo solo en medio de los restos del festín y los candelabros iban apagándose, espantose al ver la enorme brecha que había hecho en su lingote: había llegado el momento de detenerse.(…) Pese a sus aires de cuento fantástico, esta historia es real de cabo a rabo…Hay por el mundo gente que esta condenada a vivir de su cerebro, y pagan en oro fino, con su medula y su sustancia, las cosas mas insignificantes de la vida. Representa para ellos un sufrimiento diario; y luego, cuando están cansados de sufrir…En Venezuela pasa algo muy similar, pero esta es una tierra de grandes abundancias aquí no hay solo un hombre sino que son muchos, cientos, quizás miles, y cada domingo o en cada cadena presidencial uno los ve cada vez mas disminuidos con su cerebro cercenado, allí se ven economistas, allá ingenieros, mas allá militares, hombres de letras, cantantes populares, antiguos hombres de ingenio, casi estadistas, periodistas y abogados alguna vez celebres, son muchos pero a todos se les ve arrancarse pedazos de su cerebro en un vano esfuerzo por servir a un autócrata por justificar sus actos en un perversos proceso de automutilación. Mientras mas absurdo es el capricho del amo, mas uno les ve mutilarse tratando de hacer racional lo absolutamente irracional, lo absolutamente perverso y entretanto el monstruo devorador de cerebros, ríe, ríe a quijada batiente ríe a carcajadas y con su risa hipnotizante consigue mas y mas pedazos de cerebros ensangrentados, ya con pocas raspaduras de oro. Quiera La Virgen de Coromoto hacernos inmunes a ese tipo de monstruos, sirenas de canto enloquecedor, leviatanes perversos que quieren destruir al país y a sus ciudadanos.
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