Después de más de una década conociendo a Hugo Chávez, Henri Falcón acaba de descubrir, que el Iluminado de Sabaneta no oye ni consulta. Que el Iluminado de Sabaneta, engendro deforme de la “Casa de los Sueños Azules”, solamente aprendió a dar órdenes y a exigir obediencia de sus subalternos. Acaba de descubrir Falcón que su jefe y líder durante tantos años no oye opiniones ni practica el diálogo civilizado. Acaba de descubrir, con el caso Polar, que su líder improvisa decisiones pasando por encima de la Constitución y las leyes.
Acaba de descubrir que para el Iluminado gobernadores y alcaldes, en particular los chavistas, son simples soldados rasos que no tienen derecho a opinar ni a tomar decisiones propias dentro de la esfera de sus competencias. Acaba de descubrir que el PSUV es un cascarón burocrático al servicio de la voluntad omnipotente del dictador. Lo que no aclara Falcón es porqué compartió y apoyó durante años no solamente las arbitrariedades y atropellos del Iluminado, sino las conductas gangsteriles del chavismo y sus grupos paramilitares, o en el mejor de los casos guardó el más profundo de los silencios, un silencio cómplice.
Acaba de descubrir que para el Iluminado gobernadores y alcaldes, en particular los chavistas, son simples soldados rasos que no tienen derecho a opinar ni a tomar decisiones propias dentro de la esfera de sus competencias. Acaba de descubrir que el PSUV es un cascarón burocrático al servicio de la voluntad omnipotente del dictador. Lo que no aclara Falcón es porqué compartió y apoyó durante años no solamente las arbitrariedades y atropellos del Iluminado, sino las conductas gangsteriles del chavismo y sus grupos paramilitares, o en el mejor de los casos guardó el más profundo de los silencios, un silencio cómplice.
Por eso me sorprenden el revuelo y las reacciones que en medios políticos y de comunicación ha causado la renuncia del Gobernador de Lara a su militancia en el PSUV. Muchos formadores de opinión han celebrado esa decisión de Falcón casi como si se tratara de la caída del régimen dictatorial. Nada más lejos de la realidad. La decisión de Falcón obedece a diferencias con sus rivales internos en la lucha por obtener el favor del Iluminado. Y para desgracia de sus pretensiones de ser el representante plenipotenciario del monarca en Lara, el verdadero depositario de la representación de la familia real de Sabaneta es el comandante Reyes Reyes.
Ahora Falcón, después de más de una década como incondicional del Iluminado, durante la cual Venezuela ha presenciado con creciente estupor y rechazo el talante totalitario de Chávez, pretende hacernos creer que él es un adalid de la tolerancia, el diálogo y el espíritu democrático. Y su primera acción, es unirse a uno de los grupos más beligerantes y alcahuetes del chavismo: el PPT.
En una de sus declaraciones, Falcón advierte que espera que su decisión no se traduzca en “retaliaciones contra el pueblo de Lara”. Y no puede uno menos que preguntarse dónde estaba Falcón cuando el líder, como él lo califica, desató una campaña de retaliaciones contra los pueblos que le dieron su voto a gobernantes de la oposición. ¿Qué hacía y que hace Falcón cuando el pueblo del Táchira, en retaliación por su voto, es sometido a toda clase de arbitrariedades y racionamientos por parte del Iluminado de Sabaneta? ¿Cuál fue la reacción Falcón ante los atropellos contra las poblaciones del Zulia, Miranda, Carabobo y sus gobiernos regionales? ¿Cuál fue la posición de Falcón ante el despojo “a lo arrecho” de las atribuciones del Alcalde Metropolitano de Caracas? ¿Cuál fue la actitud de Falcón cuando el “dedo mágico de Chávez” impuso a la Farías por encima de todo el ordenamiento jurídico como Autoridad Única Metropolitana? ¿Cuándo le oímos Falcón protestar contra la inconstitucional ley del Consejo Federal de Gobierno? ¿Cuándo ha protestado Falcón por los ataques armados de las bandas chavistas contra gobernaciones y alcaldías en manos de opositores? ¿Cuándo Falcón objetó o protestó ante el despojo de competencias constitucionales a alcaldías y gobernaciones? ¿No recuerdo ninguna declaración de Falcón cuando Aristóbulo dijo que había que “esfratar” alcaldías y gobernaciones? ¿Recuerda usted haber oído a Falcón protestar por las amenazas de su líder de sacar de sus cargos a varios gobernadores de la oposición? Yo Nunca lo oí.
Respecto a los pronunciamientos de algunos militantes oficialistas en su contra, el gobernador declaró que espera “el respeto de mis amigos, y no la descalificación, porque no es así como estamos construyendo un país”. Falcón reclama respeto para él, pero nunca lo oímos reclamar respeto de sus conmilitones y de su líder para con los venezolanos que no comparten las políticas ni la ideología oficiales. Nunca lo oímos condenar el uso de los sobrenombres, epítetos, calificativos y otras expresiones despectivas que consuetudinariamente le endilga su líder a opositores y disidentes y hasta a jefes de Estado extranjeros. Nunca lo oímos reclamar respeto por millones de venezolanos que son objeto cada día de las expresiones insultantes y soeces del Iluminado de Sabaneta. Más de una vez hemos visto a Falcón celebrar en Aló Presidente y otros shows similares, los desplantes y la agresiva y enfermiza incontinencia verbal del Iluminado a la hora de agredir a propios y extraños.
Entonces, uno tiene derecho a preguntarse cómo es que después de más de una década Falcón llega a la conclusión de que “…no es así como estamos construyendo un país…” O simplemente trata de advertirles a sus correligionarios que “entre bomberos no se deben pisar la manguera”. En otras palabras, si la descalificación y el irrespeto van dirigidos contra él, entonces “…no es así como estamos construyendo un país…” pero si va dirigida al resto de los venezolanos es una forma de avanzar la Robolución. Impresionante el talante democrático del gobernador.
Y no se engañen quienes celebran la decisión de Falcón como la expresión de un supuesto espíritu democrático. Falcón sale del PSUV y se refugia en el PPT, guarida de chavistas de segunda pero igualmente de esencia totalitaria. Pero además, no abandona el culto a la personalidad del dictador, de su Comandante Presidente. No hay que olvidar que Falcón proviene, como la mayoría aplastante de los funcionarios del régimen, del ejército. De allí que a uno le cueste trabajo creer que ahora es cuando se dé cuenta y se sorprenda de que el Iluminado reduce sus relaciones con sus subalternos a darles instrucciones y órdenes. Y Falcón, probablemente por su formación militar, se resiste a desprenderse de ese cordón umbilical con su Comandante en Jefe y proclama, de manera contradictoria, su “lealtad hacia el presidente y hacia el pueblo… al líder le debemos lealtad, y la lealtad hay que expresarla con la verdad necesaria”. Ese líder que Falcón dice que solamente da instrucciones y órdenes, que no oye, que no consulta, que no dialoga, tiene de todas maneras su lealtad. Poco importa a Falcón su carácter totalitario, su traición a la patria al poner el destino de la nación en manos del sátrapa cubano, la represión, los presos políticos, los exiliados, los perseguidos, la exclusión, la corrupción, la persecución a los medios, a los periodistas, a los estudiantes, a los empresarios, a los agricultores, a los médicos y los miles de males y vicios que constituyen la esencia del régimen. Por sobre todas las cosas, él es leal al Líder, leal al Iluminado, al Füherer.
Espero que la oposición y los medios democráticos no cometan el error de convertir a Falcón ni en una víctima de Chávez, porque no lo es, ni en un adalid del pensamiento democrático, lo que evidentemente tampoco es. Su decisión obedece a disputas internas en el chavismo y a ambiciones personales, no a convicciones democráticas. O está poniendo sus barbas en remojo ante una posible derrota definitiva del régimen dictatorial del cual él ha sido parte importante. Si es así, “tarde piaste pajarito”.
Joaquín Chaffardet
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