Oswaldo Álvarez Paz / DESTRUCCIÓN DE LA FUERZA ARMADA
La república está siendo destruida de manera deliberada, consciente y perversa. Los principios y valores de la democracia, las instituciones que garantizan su vigencia, así como los centros de pensamiento y poder político y económico, públicos o privados, no sometidos a control oficial, son tomados por asalto o asfixiados hasta que se sometan a las directrices del proceso revolucionario. La meta es desaparecerlos y sus dirigentes sufrir acoso, calumnias y hasta amañanados procesos judiciales que pueden costarles hasta la libertad. El régimen pretende sustituir la república por un estado socialista a la cubana, abiertamente rechazado por la inmensa mayoría del país.
PDVSA, las empresas básicas de Guayana, el aparato productivo privado en su totalidad, el sistema financiero, los medios de comunicación social, las universidades, las Iglesias, la estructura federal, organizaciones profesionales, sindicales y empresariales y muchas cosas más, sufrieron y sufren la arremetida apocalíptica de los bárbaros gobernantes. Hay quienes resisten con una extraña mezcla de dignidad, temor y cierta resignación.
El tipo había sido más cuidadoso con la FANB. El proceso de purgas y reformas estructurales para controlarlas de manera absoluta pasó de una cierta sutileza a la acción definitiva. El martes 22 de marzo se publicó en la Gaceta Oficial la cuarta reforma a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Se aprobó por Decreto en base a la Ley Habilitante otorgada al Presidente para enfrentar la emergencia de las lluvias y los damnificados. No pasó por la Asamblea Nacional. No se conoció, no pudo ser objeto de discusión abierta ni especializada. Se impuso, como quiere imponer el socialismo a sangre y fuego. Este paso y el apoyo incondicional y comprometido a Gaddafi, son hechos inaceptables.
El régimen pisotea la Constitución. La FANB deja de estar al servicio exclusivo de la nación para estar subordinada a una persona, a unos intereses políticos y a una ideología mil veces pregonada por sus protagonistas. La misión ya no será la defensa de la soberanía, ni de la integridad territorial, ni de la seguridad nacional. La reforma tiene como objetivo “lograr la mayor eficacia política y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo”, incluyendo en el artículo 5° el lema cubano “Patria o Muerte”. Se pretende darle piso legal y jerarquía militar a civiles armados, uniformados o no, bajo la denominación de Milicia revolucionaria, la cual junto a los “cuerpos combatientes”, son complementos de la FANB. En mi opinión la sustituyen. Están en peligro hasta las elecciones de 2012. Más de 20.000 efectivos, entre oficiales y tropa, se han ido en los últimos cuatro años. Desbandada provocada. Recomiendo la lectura de los artículos y declaraciones del General C. J. Peñaloza y de la Dra. Rocío San Miguel. Seguiremos con el tema. ¡Operación República con milicias! ¿Se imaginan?
Lunes, 28 de marzo de 2012
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