Una cultura nace cuando un alma grande despierta de su estado primario y se desprende del eterno infantilismo humano; cuando una forma surge de lo informe; cuando algo limitado y efímero emerge de lo ilimitado y perdurable. Florece entonces sobre el suelo de una comarca, a la cual permanece adherida como una planta. Una cultura muere, cuando ese alma ha realizado la suma de sus posibilidades, en forma de pueblos, lenguas, dogmas, artes, estados, ciencias, y torna a sumergirse en la espiritualidad primitiva.
Oswald Spengler
Sin haber realizado la suma de las posibilidades del alma venezolana, su cultura esta muriendo, no por un ciclo natural, si no al contrario, por un asesinato progresivo, planificado y ejecutado desde las esferas del poder, cosa natural, ya que el poder ha estado en manos de los enemigos de la cultura, de los primitivistas que, renegando de nuestra cultura occidental quieren llevarnos al primitivismo de las culturas “originarias” no como un acto de reivindicación cultural del ser primigenio de las tierras americanas, si no como una oportunidad de disolución de la identidad cultural real que pertenece al pueblo venezolano. Oswald Spengler
Ya diría uno de nuestros mas ilustres intelectuales contemporáneos, Don Uslar Pietri; “La America es una invención intelectual de Europa” el resultado de almas despiertas que supieron recrear el símbolo, pero a esas almas grandes y despiertas se le oponen las almas vulgares "El alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho a la vulgaridad y lo impone donde quiera" Ortega y Gasset y esa es nuestra actualidad, la del vulgo oponiéndose a lo grande, el “eterno infantilismo humano” que se impone como barrera insuperable para los enanos que dirigen el país.
El problema venezolano, no es la masa vulgar que gobierna y que impone su vulgaridad, léase mediocridad como forma de gobierno, si no la carencia de un proyecto cultural que le de forma a lo informe que transforme lo efímero exaltado por los mediocres como único valor limitando el espíritu creador, en algo perdurable, trascendente que rompa el molde de mediocridad que se nos ha impuesto como forma de vida.
¿Quien esta dispuesto a superar el infantilismo?
Los líderes virtuales de la oposición, esa que calificamos de “Dirigencia Virtual” viven sumergidos en el infantilismo, en la negación de la realidad o mas bien le niegan el derecho a conocer la verdad a la sociedad civil, esa que empuja con todas sus fuerzas para rescatar un país sumergido en la pobreza, pobreza no como concepto económico moderno, si no como “infertilidad”, es bueno recordar que pobre, es quien era infértil, quien no podía producir nada o producía poco, una familia sin hijos, era una familia pobre, aunque tuviera recursos, pues los hijos eran quienes iban a labrar la tierra, ¿Qué es la tierra fértil sin manos que la trabajen? ¿Qué es un país, sin un territorio sin una cultura que lo vuelva trascendente? ¿Qué es una sociedad sin fuerzas creadoras? ¿Qué es una cultura sin mentes que la cultiven? ¿De qué sirven dirigentes incapaces de guiar?
La Venezuela actual es el sumo de almas pobres, donde las almas grandes que brillan son opacadas por el silencio cobarde y la complicidad con la vulgaridad de quienes gobiernan, y esas almas pobres nos sumergen en un desierto infértil donde el espíritu creador se encuentra ahogado, ¿Quién será capaz de regar ese desierto, para hacer resurgir las flores que una vez inundaron nuestras tierras?
En la Venezuela actual se necesitan almas grandes que despierten, de ese estado primitivo que es la negación de lo transcendente, la Venezuela actual requiere de un proyecto cultural, que sea capaz de crear un futuro, renovando todas las áreas de la vida venezolana. La negación de la realidad solo nos llevará al fracaso.
La realidad venezolana
Somos gobernados por mediocres, herederos de los mediocres que les antecedieron, pero, estos mediocres tienen un plan, un proyecto, claro y efectivo, que esta siendo ejecutado y avanza con una furia demoledora, el plan es claro, sencillo y por lo tanto efectivo; Destruir el país.
Y este plan para ser bien ejecutado requiere de complicidad y cobardía, estos son los valores de la “dirigencia virtual”, quienes cultivan la cobardía como única virtud, estos sujetos maestros del engaño nos llevan a creer que el país esta muy bien, que tenemos un mal gobierno y ese mal gobierno una vez reemplazado, dará paso a la prosperidad de la mano de estos dirigentes.
Así tratan de ocultar que parte del proyecto de los mediocres que gobiernan es “tomar el poder de una vez y para siempre” (Lenin), así se llaman al autoengaño a creer que en Venezuela se puede dar un cambio de gobierno normal, sin que las hordas de mediocres armados, entrenados y disciplinados para saquear, asesinar y destruir sometan al país al caos. Pero, dejando de lado esos pequeños detalles materiales, estos cobardes sumergidos en su propia mediocridad, son incapaces de reconocer que no tienen un proyecto real para rescatar al país del desierto infértil en que se transformo, no en el solo aspecto material, si no cultural y por lo tanto espiritual.
La Venezuela del Futuro
La Venezuela del Futuro
Si Venezuela desea tener futuro, la única manera de lograrlo es con un proyecto orgánico, radical (a la raíz), que renueve toda la estructura y superestructura actual (Gramsci), la recuperación de la Identidad nacional o ¿por que no?, la construcción de esa identidad, la transformación del medio físico ayuda, pero la transformación del medio espiritual es la más profunda transformación.
Fuerzas Armadas
Ya no existen, comenzaron a ser destruidas, hace ya mas de 50 años, sin siquiera alcanzar la madurez, pero los pocos hombres que se formaron allí, con espíritu castrense, con devoción por la patria, con una visión de lo transcendente, deben ser capaces de reconocer el momento actual y darse cuenta que es un momento decisivo, un momento en donde se define el futuro de una patria y asumir el sacrificio (oficio sagrado) de conducir su rescate. La decadencia y destrucción de Venezuela, pasa por la decadencia y destrucción de sus fuerzas armadas, las fuerzas armadas son un reducto espiritual de la patria, un reflejo de su condición y es por eso que las fuerzas destructoras la hicieron blanco principal de sus ataques y la disolvieron en un mundo de corrupción material y espiritual.
Rescatarlas y renovarlas, es la misión de los hombres de honor que aun quedan en sus filas.
Sociedad Civil
La Sociedad Civil debe tomar conciencia de si misma, este siempre es el primer paso para adquirir Identidad (conócete a ti mismo) y declararse en rebelión, no contra la tiranía gubernamental, si no contra la tiranía cultural que es una soga atada al cuello de la Sociedad Civil, una soga que aprieta en cada momento que se consigue algo de aire fresco, obstruyendo la respiración, dejando al cerebro sin oxigeno logrando masas incapaces de pensar y crear, lo cual constituye la mas solidad base para imponer cualquier tiranía, una masa de mediocres es el alimento del despotismo.
El “sentido común” de la sociedad civil es moldeado por las corrientes, tendencias, estas corrientes han moldeado el “sentido común” de manera que aceptemos lo negativo como algo bueno, la libertad de pensamientos es la mayoría de las veces un ardid para castrar la verdadera libertad, ¿quieren ser libres? Pensar por ti mismo es el primer paso. La Sociedad Civil debe hacerse dueña de si misma.
¡Venezolanos! ¡A las cosas, a las cosas!
Es el tiempo de despertar y hacer florecer, pues no hemos agotado nuestras posibilidades, solo nos han sido truncadas, en la constante negación de nuestra identidad, pero ese despertar solo se logra con unión y sacrificio, no unión con los cobardes, con los que han traicionado una y otra vez y que si se les da la oportunidad volverán a traicionar, si no unión con quien demuestre tener un alma grande, dejar de vivir a la defensiva, en la oposición, empezar a ocuparnos de lo que realmente importa, construir Sociedad Civil, Fuerzas Armadas, Intelectuales, Iglesia y representantes de todas las capas de la sociedad un proyecto cultural que sea capaz de transformar nuestra desierto infértil, pobre y mediocre en la pradera florida y fértil que merece.
Jugando con la historia, imaginemos que Don Ortega y Gasset visita nuestra patria en las actuales circunstancias, sin duda nos diría lo que les grito a los argentinos en 1939
"¡Venezolanos! ¡A las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal".
Movimiento Nacionalista Contrarrevolucionario de Venezuela