06/06/2011
La Iglesia Católica invoca a la Virgen con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro y Mediadora. Desde que Jesucristo, agonizante en la Cruz, la dio como madre al discípulo con estas palabras: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, esa misión maternal de María es claramente una intercesión salvadora. Cientos de fiestas litúrgicas son dedicadas a la Virgen y la religiosidad popular la honra hasta el punto de que son muchos los pueblos que se declaran, primero marianos y después católicos.
Pregunte usted a un taxista en México, de esos que llevan el imán con la imagen de la Virgen de Guadalupe pegado al tablero y le dirá: “Católico? No se, yo lo que se es que soy guadalupano”. El nuestro es el único país donde la gente se encomienda y agradece a una dupla: “Si Dios quiere y la Virgen…” “Gracias a Dios y a la Virgen”, son frases constantes en el vocabulario corriente del venezolano. La Virgen es icono crucial de la fe católica y conexión directa con Dios. La Virgen lleva a Dios, es canal para la salvación del espíritu y asistencia segura en las tribulaciones de la vida humana. No es por casualidad que quienes pelearon por ver libre a nuestra patria la invocaban antes de las batallas, le atribuían el triunfo y le agradecían instaurando fiestas en su honor y rindiendo sus sables ante Ella. Tampoco es casualidad que el poder del Rosario, que se reza a la Virgen, crezca en la medida en que se recita y haga también más sólida la fe en tanto nos remite a las grandes verdades de nuestra religión. En cada aparición, Ella suplica el regreso a Dios por de la oración, especialmente a través de este rezo. En el bolsillo de cada exorcista hay un rosario y es esgrimido como una de las más poderosas armas contra el mal. El encargado de la diócesis de Roma, P Gabriel Amorth, reveló recientemente una de las más impactantes confesiones que el demonio le transmitió por medio de un poseso: | la humillación que para él representaba ser vencido por una criatura de origen humano, la Virgen. De la misma manera, la gente que le vende su alma teme a la Virgen. No es extraño, entonces, que en un país como el nuestro donde el mal ha encarnado en los gobernantes e impregnado los poderes, donde la siembra de odio y la práctica de la crueldad son distintivos, donde es un secreto a voces que se le rinde culto a Satán, las imágenes representativas de la Virgen sean objeto de agresión y el blanco de la ira de quienes no pueden con Ella ni con el fervor con que el pueblo la venera. Tenemos la absoluta convicción de que esa rabia contra la Virgen no es venezolana. Es más que obvio que quienes perpetran actos tan deleznables están protegidos por el gobierno y su cobarde conducta delata la presencia policial en la autoría material. Demasiado frecuentes y demasiado impunes. También sugiere espasmos fetichistas como motivación adicional. Mucha banalización de valores y un dejar hacer- dejar pasar que ablanda las voluntades y confunde las conciencias. Pero hay algo seguro: las imágenes se reparan, entregar el alma al diablo no tiene regreso. Y lo más revelador es que la conexión mariana de este pueblo no hace sino aumentar. El manto protector de la Virgen sigue sobre Venezuela. Problema el que tendrán que encarar los responsables de tanta fobia salvaje cuando les llegue la hora. |
Macky Arenas
Socióloga y periodista
mackyar@gmail.com
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