Los colombianos designan "cojera de perro" a la enfermedad facticia...
Viernes 10 de abril 2011: "Un escalofrío, Fidel se da cuenta del dolor" (ajeno) que él aún no ha expresado. Tomograma de 64 cortes: delicada intervención de absceso pélvico; preocupación nacional. Nada sobre su origen.
Días siguientes, tratamiento antibiótico intensivo -como debe ser-, imaginamos endovenoso. Sábado 18, dos fotos atestiguan el aspecto del enfermo. En una de pie con los pranes cubanos flanqueando sus costados, sonríe de suprema felicidad; la mano derecha de Fidel le abraza con fuerza la mitad del antebrazo; la suya izquierda se apoya en el hombro de un Raúl muy modosito -¿dónde, que no le duele, le colocaron la vía para administración endovenosa de la medicación?-; sin pijama y en atuendo deportivo, su cara lozana y redonda es antítesis de la facies de la infección; lo ancho de pecho y abdomen -suponemos que en el coto seguro de los Castro aún vestía chaleco de seguridad, ¡nunca se sabe!-; atestigua que no hay catabolismo, el canibalismo del propio cuerpo cuando no se han ingerido proteínas, pues ni su apetito ni su peso parecen haber sufrido. En la habitación que le aloja, por demás modesta, se aprecia un televisor sobre una chifonier y una mesa para enfermo, no hay monitores ni tan solo un paral.
En el orgasmo de la foto, no supo guardar compostura de enfermo; a lo menos, encamado, espalditendido, mostrando cara de pésame o desaliento, demacración, manos hinchadas por la irritación de las soluciones. Imaginamos el Airbus presidencial retornando acompañado de aviones supersónicos y el griterío clamando ¡Se salvó la patria...!
Los colombianos designan "cojera de perro" a la enfermedad facticia, esa que desaparece cuando a uno no le están viendo, y así, el dicho, "De cojera de perro y mal de mujer, no hay que creer...".
Click aqui |