30/06/2011
Oswaldo Álvarez Paz, aspirante a la nominación opositora para las presidenciales de 2012 abre este espacio de “Autoentrevistas” en LaPatilla.com. El ex gobernador del Estado Zulia muestra su visión de una nueva Venezuela asumiendo el difícil reto de entrevistarse a sí mismo.
P- ¿Cómo ve la situación creada por la ausencia del presidente? ¿Es una trampa o corresponde la verdad, la enfermedad de Chávez?
R- La realidad del país es muy grave. Nunca antes el régimen había experimentado un grado de deterioro como el actual. Se trata de una suerte de pre-colapso del proceso chavista. Las consecuencias empiezan a ser visibles. Hugo Chávez diseñó un esquema de gobierno que concentra todas las decisiones en sus manos. Nada se puede hacer sin su autorización y bajo su control. Esto ha significado la parálisis del aparato gubernamental, el fracaso de esta administración.. Su ausencia, sea cual sea la razón verdadera, acentúa las diferencias internas de los grupos que pelean por sus cuotas burocráticas, por los contratos, por la supremacía de verdaderas mafias constituidas alrededor del poder en un ambiente de corruptelas tremendas. La situación es de anarquía, ingobernabilidad y caos. Se acelera la crisis terminal de las instituciones.
Si la enfermedad es tan grave como algunos señalan, la responsabilidad del gobierno sería informar y activar los mecanismos institucionales para la sustitución, definitiva o temporal, del Presidente. Si se trata de una trampa aclamacionista, sería una burla inaceptable para la Venezuela decente y democrática. Algunos piensan que se trata de una maniobra de opinión para justificar una arremetida final, frenar el deterioro creciente y paralizar a la oposición.
P- De acuerdo con esta visión catastrófica ¿Cuál debería ser la actitud de la oposición?
R- Mi visión no es catastrófica sino realista. “El que tenga ojos que vea”. Hacernos los locos conduce al autoengaño de parte del liderazgo opositor, a su descrédito y a dificultar el ejercicio del liderazgo que le corresponde. Recordemos que la imposición de un régimen comunista, pasa por la destrucción de las instituciones. El totalitarismo necesita derrumbar lo existente para imponer la dictadura y dominar la sociedad sobre sus ruinas.
Ahora se agrega la incertidumbre creada por la ausencia de un Presidente, refugiado en Cuba. Desde allá Fidel y Raúl Castro manejan la situación y trazan líneas a los títeres que aparentan ejercer las funciones del gobierno.
El proceso de destrucción de la república democrática no es un invento mío, ni de quienes lo han advertido angustiosamente. La catástrofe no está en la denuncia sino en una realidad evidente e innegable.
P- El país tiene derecho a preguntarse ¿cuál es el camino?
R- Hemos propuesto un camino inmediato. La creación de un Frente político y social que trascienda lo electoral, sin olvidar su importancia, pero asumiendo la urgencia de una crisis que nos revienta en la cara, sin que algunos factores se den cuenta. Se trata de un Frente para el rescate de la democracia, para la defensa de la constitucionalidad, en el cual estarían, además de los partidos, las fuerzas motrices del país, universidades, movimientos juveniles, empresarios, gremios profesionales, magisterio, trabajadores organizados o no, en fin … la sociedad entera. Es un camino unitario para enfrentar la dictadura totalitaria, canalizar los conflictos y responder a la crisis con presencia en la calle y movilización ciudadana. Se trata de liquidar el inmovilismo, la resignación pesimista y la indolencia presente en algunos. Los sectores democráticos lucen lentos y a veces ineficientes.
P- Esta propuesta pareciera sustituir a la mesa de la unidad.
No. El papel de la MUD, hasta ahora, ha sido lograr la unidad política del país democrático. Sin ella algunas importantes victorias no se habrían logrado. Sin embargo, la MUD está integrada por representantes de las directivas de los partidos que controlan las decisiones y se corresponden con intereses legítimos, pero insuficientes con relación a la magnitud del problema de la nación. A la unidad política-electoral, hay que sumarle la unidad social para canalizar la protesta, movilizar al país y derrotar al régimen. No se puede aceptar que todas las protestas sean acalladas, mediatizadas o reprimidas, sin que nada importante ocurra y sin conexión real con el liderazgo político.
Se impone una reconducción del camino… Entre otras cosas garantizarle a todos cuantos han sido afectados en sus derechos, a los despojados de tierras, de sus empresas, de sus derechos laborales, del acceso a la seguridad social, a las universidades y gremios profesionales, que serán reivindicados y compensados en sus derechos. Para ellos es indispensable la lucha unitaria por la liberación del país. Necesitamos una sostenida presión, ejercida con valentía y sin complejos, incluso para que las elecciones sean verdaderamente libres.
P- ¿Cómo repercute lo que usted señala en el mundo militar?
Yo sigo teniendo mucha confianza en nuestras fuerzas armadas. En el mundo militar ocurre algo parecido al civil. No son marcianos, ni viven en Saturno. Están aquí. Así como nosotros nos hemos tenido que calar un gobierno de las características del actual, ellos se tienen que calar unos mandos igualitos al entorno de Chávez. Con la diferencia que ellos no pueden quejarse públicamente, ni hacer manifestaciones, ni exteriorizar sus verdaderos sentimientos. Esos mandos militares cada día se alejan más del respeto y del afecto de una oficialidad que quiere volver a sus tareas esenciales, con estricto cumplimiento a la Constitución. Rechazan la destrucción institucional que los tiene también como objetivo, la compra disparatada de armamento inútil, a esas milicias que no son sino civiles armadas, uniformados o no, al servicio de Chávez y no de la nación. Rechazan las corruptelas y el arribismo. Cambiar la meritocracia por la lealtad perruna está generando serias consecuencias en el mundo militar. El alto gobierno está sordo y ciego, ensoberbecido por el exceso de poder y de dinero que les nubla la visión.
P- Y con relación a la política exterior ¿cómo nos ven?
La política internacional del régimen es contraria al interés nacional. Contradice las líneas maestra señaladas en la Constitución. Cada día estamos más aislados en el mundo y en el continente, a pesar de que la propaganda oficial quiera proyectar lo contrario y la voracidad de los petrochulos disimule lo que realmente ocurre. Estamos bajo severa observación del mundo libre y democrático. Las alianzas de Chávez con gobiernos forajidos, organizaciones tenidas como subversivas y las supuestas o reales vinculaciones con estructuras operativas que sirven al terrorismo y al narcotráfico, le hacen un taño enorme a Venezuela. También las constantes denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.
Abandonar la Comunidad Andina de Naciones, CAN, fue un grave error. Lo del ALBA un despilfarro inútil para el país, pero bueno para Chávez para neutralizar o conseguir neutralidad de quienes viven de él. No ha podido entrar en MERCOSUR y lucen medio fracasados los demás intentos para crear nuevas organizaciones continentales para enfrentar y derrotar al “imperio”. Necesitamos normalizar las relaciones con Estados Unidos, Colombia, la Unión Europea e Israel, para sólo citar un área. Además invito a estar alertas frente a los enormes negociados de los prevalidos del régimen con empresas privadas o públicas, que sirven de mampara a regímenes totalitarios.
P- A usted se le ubica en el campo de la derecha internacional. ¿Cómo es eso?
R- Ese esquema de izquierdas y derechas es obsoleto, pasado de moda. Nunca me han preocupado las etiquetas. Pero te diré, que si esto que gobierna a Venezuela es izquierda, yo me anoto en la derecha. El régimen contribuye incluso, al desprestigio de la izquierda seria y democrática.
Yo soy un socialcristiano que cree en la dignidad de la persona humana, en la perfectibilidad de la sociedad civil, y en la justicia social como instrumento para alcanzar el bien común. Creo en la libertad económica, en el mercado, en la competencia, en la necesidad de fortalecer el aparato productivo privado y en la libertad de trabajo, de asociación y de expresión. Por supuesto en la propiedad privada y en todo cuanto contribuya a fortalecer el desarrollo integral del ser humano.
Pongan ustedes las etiquetas. Hay políticas que funcionan y otras, probadamente fracasadas. Todo está a la vista. Nada es secreto en el mundo de hoy. No hay que ser un genio para saber cuáles países crecen y se desarrollan y cuales se estacan o retroceden.
P- Desde esas perspectivas ¿Cuál es el futuro de su candidatura presidencial?
R- Aspiro ser Presidente por varias razones. No soy un improvisado. Tengo experiencia y una honradez integral que nadie cuestiona. Conozco al país, sobre todo a la Venezuela profunda e interiorana que muchos ignoran o menosprecian. El país necesita un Presidente comprometido con la creación de la República Federal, en la descentralización política y administrativa, en el desmontaje del exagerado presidencialismo existente, en la autonomía de los Estados, en la municipalización de la vida pública y en la reforma integral del Estado. Para todo eso y mucho más tenemos proyectos concretos y capacidad de convocatoria para hacerlos realidad con los mejores disponibles.
Quiero dejar claramente establecido que a Chávez no hay que hacerle concesiones ideológicas, políticas o de otro tipo. Este régimen es perverso. No pienso imitarlo en nada, mucho menos tratar de derrotarlo con más populismo y demagogia. Prometo una etapa de transición, sin reelección posible, sobre la base de un gran pacto de gobernabilidad y un gobierno de coalición para la reconstrucción institucional de la República. Esto es parte importante del compromiso que estoy asumiendo.
P- ¿Cuáles serían sus apoyos fundamentales?
R- Todavía es difícil señalarlos al detal. Eso tendrá su momento. Por ahora sólo diré que en todos los sectores políticos, económicos y sociales hay mucha gente que comparte los mismos principios y valores fundamentales en los que yo también creo. Esta pretender ser una candidatura verdaderamente nacional, leal y consecuente con sus raíces, pero abierta al país real. Trasciende lo estrictamente político electoral.
P- Y las primarias ¿cómo las ve?
Ante la falta de un gran consenso unificador, es el mejor camino para escoger al candidato. Hubiera preferido que fuera este año para unificar al liderazgo opositor, darle rostro a una jefatura que aunque colectiva, necesita de una persona al frente, sin más pérdida de tiempo y oportunidades. No fue así, lo lamentamos pero tampoco es una tragedia.
Respeto mucho a los aspirantes, a los conocidos, a los que aún dudan y a los que uno presiente que pudieran presentarse a última hora. Todos son y serán indispensables para derrotar al régimen, dirigir la transición y para la reconstrucción institucional de esta maltrecha República.
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