15/08/11
Pregona a los cuatro vientos el quimiondante la “quiebra” del imperio como antesala del fin del capitalismo. Tal vez el efecto de las medicinas que le han sido recetadas sea lo que produce cretinadas de este tamaño; démosle el beneficio de la duda, aunque para mí es como el ya conocido cuento del escorpión que clava su aguja en el sapo que le ayuda a cruzar el río alegando que no puede evitarlo porque es su naturaleza. Alegrarse de la quiebra del único cliente comercial (haciendo la salvedad de que no es el Estado el cliente y sí compañías privadas) que paga sin condiciones ni remilgos –dinero que gasta en financiar sus antojos- es propio de inconscientes, incapaces o ineptos. De hecho, con una producción que baja a diario y se dispersa también día a día entre nuevos “clientes” (me suena más la palabra “chulos” para estos casos) y, ante la baja del precio petrolero por razones harto conocidas, debería agradecer que quien paga a tiempo desee mantener la relación comercial y no, como sería lógico, deshacerse a la mayor celeridad de un socio imprevisible y poco fiable.
La famosa reducción de ministerios anunciada con tanta bulla en 1998 no solo no se ha cumplido. Parece ser que ante cada problema nuevo la “solución” zoocialista del s. XXI es crear un ministerio nuevo, sin presupuesto y sin personal adecuado que tragará ingentes fondos para unos meses después morir lentamente de inanición y de falta de leit motiv. Será para hacerle carantoñas a sus leales que, por su ineptitud, en nada más pueden cosechar un solitario mérito. Se crea el ministerio del PoPo para Asuntos Penitenciarios (ni la ministra sabe el nombre) y la primera decisión de tan genial y brillante energúmena es de soltar 20.000 presos. Y me pregunto, ¿será que esas 20.000 personas saldrán a buscar trabajo? Después de una estancia, por breve que sea, en una de nuestras cárceles, no creo que muchos de ellos decidan rehacer sus vidas dedicándose al trabajo honesto. Por generosidad digamos que 10.000 sí lo harán; ¿quedaremos con 10.000 hampones o malandros libres por las ya inseguras calles del país? Y si, como lo dice su segunda decisión, se prohíbe a la policía hacer presos “hasta nuevo aviso”, ¿conocen ustedes a alguien que se anime a asomarse a su propia ventana?
La nueva ley de inquilinato es una joya propia de tan ilustres ignaros. El gobierno fija los cánones de arrendamiento, los cuales son fijos por tres años. ¿A quién se le va a alquilar bajo esas premisas? Evidentemente no es a las clases más pudientes a las que se perjudica. Quien tiene dinero y varios apartamentos y/o casas, con venderlas tiene y listo, y, por otra parte, no son ellos quienes viven como inquilinos. El perjuicio es de la clase media hacia abajo, pues ya no tendrán quién les alquile una vivienda. Y al no haberlas en alquiler, mi querido quimiondante, se le agrava el problema de la vivienda… Pero no, sus “cerebros” no han pensado en eso…
La ley de costos y precios justos es otra barbaridad digna de la capacidad de sus leales. ¿El gobierno va decir a los POCOS productores que quedan en el país a cuánto van a vender? Pues, sea justo o no, lógico o no, con cerrar sus empresas tienen. ¿Y después…? Porque con lo que no se ha dilapidado, desparecido o evaporado no habrá cómo importar, por solo nombrar dos cosas importantísimas, alimentos y medicinas. Ni me atrevo a pensar en repuestos para vehículos, artículos electrónicos, computadoras, equipos médicos, material médico-odontológico, ni lo que actualmente se produce aquí (y poco a poco se va dejando de producir). ¿Quiénes son los perjudicados? Esa masa a quien tiene convencida que es quien manda… ¡Qué gran contradicción…!
Se han gastado miles de millones de US$ en compra de armamento (obsoleto y de segunda) para la “defensa” del país ante el imperio. ¡Por favor! Si 3.500 guardias nacionales y 400 paracaidistas no pudieron con los malandros de “El Rodeo”; sus famosos diez batallones quedaron a muchos kilómetros de la frontera por falta de logística y preparación; sus renombrados Sukhoi se alimentan de salitre, ¿cómo cree usted que esa “fuerza armada” puede enfrentar una compañía de policías bien formados? ¿Alguno de estos nuevos generales sabrá quiénes fueron Sun Tzu, Rommel, von Moltke, Guderian, von Manstein, Patton, Zhukov?
¿Dónde está su famosa “soberanía alimentaria”? Desde su llegada al poder la producción nacional ha ido disminuyendo vertiginosamente y todo se ha substituido por importaciones de productos de tercera vendidos a precios de artículos de lujo (y encima se pudren en los puertos…)
¿Dónde están los carros “Venirán” que juró y perjuró que serían asequibles para ese “pueblo” que dice amar?, ¿los tractores bielorrusos?, ¿los celulares “vergatarios” (el nombre es muy propio de su gusto coprolálico), ¿las viviendas (ya sean uruguayas, iraníes, chinas o bielorrusas) pre-pagadas y –también- evaporadas?
Si no ha podido su gobierno manejar ni siquiera las areperas “zoocialistas” (por cierto, los empleados no fueron despedidos; fueron “desincorporados”, según el ministro. ¿Hay alguna diferencia?), ¿cómo se pretende manejar –por no ir más lejos- una hacienda o un simple comercio de mayor envergadura que una triste arepera (con las cuales se han hecho literalmente ricos muchos inmigrantes, luego no deberían causar pérdidas)?
¿Qué obras puede presentar el gobierno? ¿Qué logros? Fuera de dejar a los niños sin clases por falta de estructuras físicas adecuadas, de tener hospitales sin los elementos más esenciales, de provocar una escasez muy pocas veces vista en este país, por solo nombrar tres cosas, ¿cuáles son los méritos de este incompetente gobierno? ¿Cambiar ministros entre ministerios y mandarlos de embajadores cuando el fracaso es total? ¿Tan difícil se le hace entender que después de ¡13 años! no se le puede seguir echando la culpa a los gobiernos anteriores? Y más aún cuando buena parte de sus seguidores en su momento apoyaron a aquellos gobiernos…
Y volvamos, para terminar, con la delincuencia. ¿No le ha cruzado la cabeza que estos hampones de hoy en día, en su gran mayoría menores de 20 años (y muchos de menos edad) son aquellos “niños de la calle” que juró recoger y que se quitaría el nombre si en seis meses (hace trece años) quedaba uno en la calle?
No, esto ni es gobierno ni es país ni es nada. Esto es un patuque que nadie logra entender. Mientras sigue destruyendo y asolando, el “pueblo” sigue tan tranquilo como siempre y ¡NO PASA NADA!
Esto, sencillamente, es un suicidio colectivo…