12/01/13
El país sigue entrampado como si fuese 1999, cuando se aprobó por una vía irregular e inconstitucional la carta magna de 1999 (violándose la Constitución de 1961 en sus artículos 245 y 246 contemplados en el Titulo X que se refieren a las únicas forma de enmendarla y modificarla, tan así que en caso de procederse por otra vía distinta a los artículos señalados como en efecto se realizó, en su artículo 250 del Titulo XI se dispone expresamente: “Esta Constitución (1961) no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o fuese derogada por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o no de autoridad tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.
Nuevamente se vuelve a caer en la trampa, cuando se utiliza la constitución de 1999 para tratar de resolver el vacío de poder existente en la republica por la ausencia física y estadía fuera del territorio nacional del teniente coronel Chávez Frías. Abogados y políticos, tanto del lado del chavismo, como de la oposición participacionista en la vía electoral fraudulenta y aun de la oposición denunciante del sistema electoral fraudulento mutante y perfeccionado para cada proceso electoral, todos sin excepción buscan calificar al vacío de poder fundamentándose en la irrita constitución de 1999. El país tiene que entender que es esa constitución la que le permite al chavismo mantenerse en el poder, es la que le permite al régimen realizar todas las violaciones al sistema jurídico y político del país porque ampara y establece la interpretación discrecional en función de una populista tesis de la justicia social. Tan así, que cada vez que la oposición absurdamente vuelve a recurrir a la máxima instancia judicial, el Tribunal Suprema de Justicia, ésta como como espejo del Ejecutivo Nacional le dará a su conveniencia la interpretación legal para mantener la desdibujada y aparente democracia en Venezuela bajo la bota del chavismo, aun cuando le que este es cohonestando un golpe de estado continuo al sistema republicano pero avalado por la constitución de 1999. No se dan cuenta o no quieren darse cuenta, que el chavismo se alimenta de la interpretación discrecional de esa constitución, que tanto unos como otros elogian y que utilizan para pregonar y fundamentar cada argumentación, que en definitiva como en este último caso de vergüenza pública, será el Tribunal Supremo de Justicia que lo interpretará a su antojo para avalar lo que se haya aprobando en Cuba como ultimo legado de Chávez Fría, como en efecto lo ha hecho.
Vergüenza colectiva deberíamos de sentir que se nos gobierne desde Cuba donde los máximos dirigentes del régimen, desde Maduro, Diosdado y Ramírez van a recibir instrucciones sobre lo que debe de hacerse para cuidar los intereses de la revolución, que no son otros que los intereses cubanos como la de los demás países que conforman el Alba. Es esa constitución de 1999, que tanto el régimen como la oposición, constantemente sus dirigentes enarbolan en sus manos como el ejemplo a seguir la que conducirá a la ruina de la nación. Es ésta la que mantiene al régimen y lo seguirá manteniendo hasta tanto esa oposición, que hasta ahora le ha servido de mampostería, como la cuarta pata de la mesa que lo mantiene, no la denuncie y la confronte como una carta magna ilegal e inconstitucional, por lo tanto irrita desde su nacimiento, cuando lo que se debería de alegar es que la constitución de 1961 es la que sigue vigente y debe de regir los destinos del país como instrumentos fundamental en la pirámide kelseniana de las leyes e invocando de esta forma su precepto constitucional establecido en su artículo 250, arriba expresado, para reponer el estado de derecho usurpado.
La solución a nuestra tragedia ante esta nueva oportunidad que nos repara el destino, es que la oposición no participacionista o abstencionista en elecciones fraudulentas, obliguemos en primer lugar a la oposición participacionista en elecciones fraudulentas, para que concertadamente confrontemos al régimen en una verdadera unión política que tenga como objetivo primordial su desconocimiento por ante los demás países y le obliguemos al saneamiento total del sistema electoral, desde una nueva constitución del directorio del CNE, como la depuración del REP y la forma del proceso electoral para que este sea manual y auditado totalmente para el proceso electoral presidencial que se avecina, y en caso que el régimen no lo acepte como con seguridad lo hará, ya que del fraude electoral nace su aparente legitimidad, acordemos que no podemos concurrir a ningún proceso electoral, ya que sería cohonestar los vicios del mismo y legitimar a un régimen nacido de elecciones fraudulentas. Si no confrontamos, sean quien sea el candidato del chavismo para el nuevo proceso electoral presidencial, quienes participen en esa fiesta electoral bufa lo estarán legitimando y se harán responsables en definitiva del legado de Hugo Chávez Frías.
O confrontamos o nos perdemos, mientras tanto el circo seguirá. Nuevamente la política de la oposición de apaciguamiento y contemporización con el régimen terminará cohonestando lo ilegal y lo inconstitucional.