19/2/13
Los camaradas quieren tanto a los pobres que hay que mantenerlos siempre muertos de hambre, para que sólo piensen en necesidades básicas.
El empobrecimiento que “avanza a paso de vencedores”, no se debe a la ignorancia y torpeza de un “gobierno ineficiente” sino a un régimen que ha desarrollado una política definida para depauperar a la gente, cuyo éxito fue comprado por décadas en otros países por regímenes opresores que aún hoy someten a la gente y se expanden. Empobrecimiento que no ha sido peor en Cubazuela por los inmensos ingresos petroleros, como nunca antes durante estos 14 años, lo cual es posible porque a la población le han arrebatado los referentes históricos que le permiten el criterio para juzgar, si además de esta realidad que vive, hubo o hay otra posibilidad más humana y más justa: la democracia.
La negación sistemática desde mediados de los 80 del desarrollo logrado durante los 40 años de perfectibilidad democrática -perfectible porque las instituciones son manejadas por hombres-, ha formado parte de a una campaña sistemática, desde la dirigencia democrática y de la insurgencia organizada, para la toma del poder sin medir las consecuencias, campaña que ha logrado un posicionamiento casi masivo en la opinión pública de que la democracia fue una realidad de corrupción generalizada, de ella nada quedó ni sirvió, en especial desde el partido de los jóvenes que permanentemente dice, para anular la competencia dentro del sector opositor en el objetivo del poder que persigue: “ni lo de antes no lo de ahora”.
En la democracia la gente ejerció su libertad y obtuvo lo más importante: vivir en paz. Venezuela pasó de un país subdesarrollado a uno en vías de desarrollo y los ciudadanos tuvieron oportunidades de formarse, trabajar, emprender, constituir su familia y esperar un futuro, no obstante que los ingresos fueron muy inferiores a los actuales, si comparamos $ 7 con $100 promedio por barril de petróleo, sin que hoy la gente participe de esa riqueza, más que con becas miserables por no trabajar y mercal sin contar a que ya el asunto no es escoger la marca sino comer lo que haya, para optar a un pollo o 1Kilo de azúcar, cuando lo hay, debe renunciar a ser persona.
Mediante políticas que estimulan la inflación, devaluaciones sistemáticas, expropiaciones-robo, inseguridad jurídica, alcabalas, control de cambio, de precios, de producción, de distribución, etc., el régimen se convierte en patrono y proveedor único. Con el bozal de arepa logra el sometimiento total de la gente para garantizar su permanencia en el poder por siempre. Así hemos pasado de un país en vías de desarrollo a una nación empobrecida materialmente lo que conlleva con mucha frecuencia al empobrecimiento moral y espiritual. Por encima de los valores morales está la satisfacción del estómago.