15/2/13
Recientemente otro diputado electo bajo la fórmula y banderas de la oposición decidió hacer uso de esa “Puerta Giratoria” que algunos ilusos insisten en llamar “Talanquera”.
En nuestro argot político señalábamos “Saltar la Talanquera” el acto de cambiar de un bando partidista a otro en una acción regularmente motivada por el asqueroso oportunismo, pero hoy cuando la realidad nacional es tan ideológicamente marcada, la talanquera está increíblemente baja, tan baja que ni existe.
La ausencia de definición ideológica en la oposición que se encuentra representada en la MUD está basada en que su gran mayoría se siente identificado con la misma corriente ideológica abanderada por el gobierno, poniéndolo en dos platos, tenemos un gobierno de izquierda que se siente orgulloso de serlo y decirlo, y tenemos una "oposición" de izquierda que se siente orgullosa de serlo pero no tanto de decirlo.
Siendo ambos bandos ideológicamente similares en fondo, bastante parecidos en forma, e idénticos en su incapacidad de generar beneficios a la nación ¿realmente el diputado saltó?
Sé que puede sonar simplista mi apreciación, pero teniendo en cuenta que este es un gobierno que secuestra, tortura y mata, que estimula la penetración narco-terrorista y mantiene relaciones con regímenes señalados en la comunidad internacional como Estados violadores de los Derechos Humanos y desestabilizadores de la paz mundial, y que eso aparentemente le importó un carajo a la dirigencia electoral en la reciente campaña presidencial, que todos esos temas, junto a la descarada y vergonzosa entrega de nuestra soberanía, fueron dejados a un lado para hacer una campaña en pro de las misiones socialistas que instauró el gobierno, teniendo en cuenta todo esto, intenté pasearme por el pensamiento (si es que hubiese alguno) del diputado en cuestión, él perfectamente puede argumentar que si el candidato por el cual hizo campaña presidencial no encontró significativos los temas que desangran la nación y le parecen positivos los avances de carácter social del gobierno, y siendo él también socialista (como casi todos), se armó de valor y decidió cambiarse la gorra para ponerse la otra y darse cuenta que es igualita a la que tenía.
Mientras ese ridículo espectáculo se veía en televisión, en el fondo se oían las apuestas sobre cuál sería el próximo “líder” en pasar por la Puerta Giratoria, a cuánto se está cotizando el cambiazo, si subió por la inflación o le afectó la devaluación. Lo cierto es que de uno u otro lado no importa el crimen o el robo en el que esté involucrado el insigne parlamentario, en cualquiera de los dos lados será recibido como todo un correligionario consecuente con los valores y principios de su nueva bancada.
La izquierda vegetariana siempre será el aliado perfecto de la izquierda carnívora, ella banalizará la desgracia, vestirá de democracia la tiranía
y adormecerá al pueblo para que éste no atienda el llamado a la rebeldía.
Me abrigo en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y me empino en la Tribuna Pétrea del Derecho Natural a la rebelión.