13/4/13
Queridos Inés y Juan Carlos, es una prueba de gran responsabilidad y valor publicar este artículo en estos momentos de fiera complacencia y autoengaño. Quiera Dios que estemos equivocados, pero tengo la convicción de que no lo estamos.
El país enfermo de frivolidad se empeña en comprar cada espejismo que se le ofrece, como en los cuentos e historias del descubrimiento y la conquista seguimos prefiriendo los abalorios, brillantes y lustrosos, pero carentes de valor a la verdad siempre más áspera, pero consistente y dura con la cual se hace y ha hecho la Historia desde siempre.
Dios nos asista, creo que en muchos venezolanos, de civil y de uniforme, aún queda algo de la fibra de los libertadores, en ellos confió para romper esta vergonzante farsa circense y abyecta en que ha devenido la “política” de nuestro traicionado país. Principios, valores, ética, fe creadora, allí están los “insumos” para el renacimiento y la reinstitucionalización de Venezuela, no en los acomodos complacientes y en los cabildeos de quienes han secuestrado el país y se reparten sus despojos, en ambos sectores…