6/5/13
La UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) creada en 2008 por orden de Hugo para suceder a la antigua Comunidad Suramericana de Naciones (CSN o CASA), ha sido un engrendo bajo la sombrilla de organismo de derecho internacional que más allá del papel y propósitos, está al servicio y las necesidades del Socialismo del Siglo XXI, doctrina política nacida en el seno del Foro de Sao Paulo donde converge la izquierda carnívora del continente tras la caída del muro de Berlín.
Luego de legitimar a gobiernos que han atentado contra su pueblo, con lo que reposan graves denuncias por delitos de lesa humanidad, como es el caso de Bolivia por hechos de Septiembre de 2008; ahora el organismo que ya tiene la mayor parte de las ratificaciones de los parlamentos de sus países miembros, legitima la usurpación electoral que hubo el país del pajarito, el 14 de abril del presente.
Perú que ostenta la presidencia pro témpore, convoca una reunión extraordinaria de alta urgencia a la que concurren la mayor parte de los presidentes de la asociación sudamericana. Luego de la sesión de abrazos y de la foto de los súper amigos, se ratifica la filosofía y política defensora de UNASUR a favor de la aquelarre del socialismo del siglo XXI. Lo vimos, cuando luego de concluida la cumbre, prácticamente los mandatarios sudamericanos volaron de Lima a Caracas a la posesión del presidente de facto Nicolás Maduro.
No faltaron los autoelogios de este engendro de derecho internacional, en el sentido que la cumbre de Lima, “resolvió de manera lógica y razonable la crisis política de Venezuela, mejor que los protocolos de la OEA”. Así lo dijo el ex asesino y ex secuestrador que funge hoy como Presidente del Uruguay.
La Cumbre de Lima, por unanimidad aprobó una declaración de cinco puntos, en los que rezan que exaltan la “vocación democrática” en Venezuela y a su turno, “saluda al presidente Nicolás Maduro por los resultados”.
Tristemente en ninguno de los cinco puntos, apoyan las solicitudes y reclamaciones legítimas de la oposición en Venezuela y por el contrario se les exhorta a cesar la ola de violencia. Tácitamente UNASUR incluyó a la oposición venezolana en una lista de organizaciones violentas o si se quiere decir, terroristas.
En su inmadurez, en procura de posicionarse como organización de países sudamericanos, UNASUR, lamenta las posiciones asumidas por Europa y Estados Unidos, por apoyar el trámite constitucional de las reclamaciones que en franca lid hace la oposición.
Que bello y honroso sería para la democracia que UNASUR hubiese condenado las agresiones físicas con tentativa de homicidio que sufrieron algunos diputados opositores por parte de diputados oficialistas. Estamos muy lejos de ver una conducta pro democrática de UNASUR.
Este estado de complacencia no es lejano al silencio a título de comunión por parte del Presidente Juan Manuel Santos en cuanto a no rechazar las sindicaciones que hace el Presidente de facto de Venezuela contra el colombiano más querido en la política por su pueblo el cual le permitió ejercer en dos ocasiones la máxima dignidad del país: Álvaro Uribe Vélez. Las acusaciones de Maduro contra Uribe, se infundan en invenciones de tacharlo como “asesino”. Seguramente esa sandeces de Maduro, son música para los oídos del Presidente Santos. El que calla, otorga.
No fuimos pocos los que elegimos a Juan Manuel Santos con el fin de votar contra las Farc y el régimen de Hugo Chávez. Ese poder y mandato, sin duda se extravió y está al servicio de lo contrario. ¿Hasta cuándo habrá inmadurez para legitimar a un inMaduro?
Una opinión desde Colombia.