Ramo Verde, 14/01/2019
Este comienzo de 2019 está mostrando turbulento desde la perspectiva política en una Venezuela que está siendo destruida sistemáticamente por la revolución bolivariana desde hace 20 años, éste hecho se ha agravado desde que tomó el poder el no venezolano Nicolás Maduro y funge como presidente de facto.
La Asamblea Nacional, único poder del estado que conserva alguna legitimidad dentro del país, plantea diversos escenarios jurídicos de declaratoria de ilegitimidad de la tiranía que van desde el abandono de poder hasta la usurpación de éste, dinamizada dicha iniciativa a partir de la elección de Juan Guaidó como presidente de la AN. Ésta iniciativa ha encontrado como primera piedra dentro de un esquema constitucional de lucha hacia la libertad la de convocar un cabildo abierto, vinculante, declarando que la jefatura del estado reposa en éstos momentos en la AN.
Este actuar de la AN tiene valor porque se hace al mismo tiempo y respaldando la iniciativa de decenas de países libres y democráticos junto con algunos multilaterales que declaran ilegítima la tiranía de Maduro a partir del 10 de enero de 2019.
Pero para entender el problema de Venezuela en su justa dimensión y terrible gravedad, tenemos que saber y plantear, viendo la realidad junto al sentir de la gran mayoría de la población, que el problema aquí no es jurídico sino político. La revolución bolivariana es ilegítima desde su comienzo; cuando Chávez no juró la constitución, cuando cerró el congreso nacional, cuándo convocó una constituyente contra lo establecido dentro de la propia constitución o formó un congresillo nombrado a dedo. Después de esto tenemos un rosario interminable de múltiples violaciones y cambios ilegítimos a la constitución, a las leyes, a las instituciones y a nuestras costumbres, que forman un conjunto de ilegalidades, violaciones y ruptura del estado de derecho, corrupción, narcotráfico, criminalidad en el poder y destrucción de todo lo decente que existía en Venezuela, que transforma su gobierno en la peor monstruosidad y mayor desgracia que ha sufrido Venezuela en doscientos años de República. Antes de morir el autócrata Chávez decreta que su sucesor era un individuo que nunca ha podido demostrar su nacionalidad venezolana y que por la constitución y la ley no pudo ser electo presidente de Venezuela.
Todo ésto sucedió porque Venezuela sufrió con la revolución bolivariana una verdadera invasión del castro comunismo con lo peor de la izquierda internacional y que de forma sistemática destruyeron todas nuestras instituciones y sometieron los poderes del estado bajo la pata inmunda del invasor extranjero, necesitando al tirano Maduro como cabeza del estado, jefe de gobierno y comandante en jefe de las FAN, a pesar de la insconstitucionalidad de ello para ejecutar sus planes.
El fraude electoral de un estado sometido fue la única forma que el invasor extranjero encontró para imponer a Nicolás Maduro como tirano de Venezuela a pesar de no tener votos y ser detestado por la inmensa mayoría del país.
Todo ésto me lleva a decir que bajo mi óptica y estricta opinión, fruto del análisis, que la juramentacion de Maduro ante el TSJ ilegítimo y avalado por una ANC expurea e irrita, es totalmente contra derecho, contra natura, lesa patria e inmoral. En consecuencia la cabeza del estado por derecho y constitucionalidad reposa en la AN. El problema radica si querenos ser realistas, que Nicolás Maduro fungiendo como jefe de estado, presidente de gobierno y comandante en jefe de las FAN, sólo agrava la terrible crisis en que está hundida Venezuela, porque crea un choque entre la legitimidad, la moralidad, las aspiraciones del país y la voluntad del soberano, contra su gobierno de facto. Destruyendo nuestra tradición republicana, legalidad, institucionalidad, nuestras costumbres, cultura y civilización, destruyendo nuestra joven democracia.
La realidad nos ha demostrado históricamente que quien decide en nuestro país en situaciones como ésta son las fuerzas armadas. Todo nos lleva a pensar que aún tenemos que ver la implosión de éstas en una verdadera guerra de cuarteles antes que se decida definitivamente el rumbo que va a llevar el país las próximas décadas. Efectivamente vemos que tenemos unas fuerzas armadas dirigidas por una cúpula podrida propulsada por afectos al socialismo, entregados a la invasión extranjera castro comunista, corruptos, corrompidos y sufriendo de una macrocefalia burocrática y politizada con un generalato de volúmenes desproporcionados a las que se opone la gran mayoría de militares desmoralizados, deprimidos, empobrecidos por el mismo socialismo pero a su vez totalmente aburguesados que en realidad sólo se preocupan por el sueldo, los bonos, préstamos del IPSFA y alguno que otro negocio no tan legal con que puedan redondear su presupuesto.
En medio de todo ésto tenemos el verdadero reservorio moral de las fuerzas armadas, ya sea de forma explícita o velada, ya sea en cárceles militares como presos de conciencia o en plena actividad; ellos son los que pueden poner fin a la acción perversa de la cúpula podrida y si pudiesen arratrar en su visión patriótica y nacionalista a la institucionalidad burguesa, en una acción patriótica, constitucional y moralista, serían los únicos capaces de poner fin a toda ésta inmundicia comunista y devolverle a Venezuela la esperanza, la alegría, la libertad, la prosperidad dentro de un rumbo cierto para que vuelva la democracia.
Finalmente tenemos a la Santa Iglesia Católica, la institución más antigua del país, la única que ha acompañado paso a paso la edificación civilizadora y evangelizadora de nuestra nación en quinientos años de historia y la más estable, cohesa, profunda, expandida y diversificada de las fuerzas vivas que tiene Venezuela. A ella le corresponde dar la luz que ilumine el camino que ha de surcar la Venezuela decente, moralista, pacífica y nacionalista, en busca de su libertad, democracia y perfección.
Todo ésto lo escribo desde la fría mazmorra en la cárcel militar de Ramo Verde donde me tiene sometido la tiranía comunista como preso político, por mi lucha por la libertad de Venezuela y el resplandor del nacionalismo.
Ruego a la Santísima Virgen de Coromoto; Reina, Madre y Patrona de Venezuela, que nos proteja y bendiga en la ardua lucha que se nos viene encima para destruir el .materialismo ateo que nos castiga y podamos ver muy pronto la luz del nacionalismo en libertad.
Vasco Da Costa
Pensador político
Presidente de la ONG Foro de Caracas
Líder del Movimiento Nacionalista
Vice Presidente del Nuevo Orden Social (NOS)
Preso Político y de Conciencia.