Ramo Verde, 18 de julio de
2019
Dra.
Tamara
Suju Roa
Apreciada
amiga:
Le dirijo la presente con el fin de
solicitarle encarecidamente haga todo lo posible para introducir de forma firme
la demanda que el sufrido pueblo de Venezuela tiene que conseguir contra las
violaciones de los derechos humanos que ha cometido y sigue cometiendo la
Revolución Bolivariana, el socialismo del siglo XXI, Hugo Chávez, Nicolás
Maduro, todos sus cómplices y quienes sean que utilizan todo el poder del estado para oprimir,
reprimir, matar y torturar a quienes no están de acuerdo con ellos. Dicha demanda
tendría que ser frente al Tribunal Penal Internacional (CPI) por la gravedad,
constancia y sistematicidad de las violaciones a todos los derechos.
Como usted debe saber, se me ha
detectado un cáncer en el ojo izquierdo, la dirección del centro penitenciario
en donde estoy recluido, contra todo derecho me envió al hospital militar de
Caracas por ser esta una cárcel militar,
en dicho hospital me operaron, me dejaron una parte del tumor que amerita una
segunda operación y dejaron una raíz del cáncer que no pudieron sacar por estar
demasiado cerca del globo ocular interno y que pretenden diluir con
medicamentos y terapias específicas.
Los médicos tratantes me respondieron
que la razón del proceso cancerígeno se debe a maltratos y heridas en el ojo,
proceso infeccioso, falta de tratamiento adecuado, falta de salubridad, dejar
pasar mucho tiempo y alimentación
inadecua-da. Es necesario recordar que la herida en mi ojo me fue hecha en la
tortura que sufrí en abril de 2018 en la DGCIM cuando rasgaron el ojo con
golpes, enseguida me pusieron una bolsa de cuero en la cabeza llena de mierda
humana y la utilizaban de ayuda para hamaquearme la cabeza y golpearla contra el piso y contra
una pared indiscriminadamente, durante espacios de tiempo prolongados y aplastándome
para que la mierda penetrase por toda mi cabeza. La consecuencia de esto fue
una infección brutal y permanente en mi ojo izquierdo que durante más de un año
solicité atención médica estando en la cárcel militar de Santa Ana y
posteriormente en esta de Ramo Verde,
esa atención nunca se me dio a pesar de haber tenido varias órdenes del juez
para eso y que nunca se hizo caso.
Es claro que en dichos centros
carcelarios la alimentación es inadecuada, no hay servicios médicos y las
condiciones de higiene y salubridad son paupérrimas inferiores. En Santa Ana el
problema principal eran las cucarachas, eran tantas que a veces en las noches
me despertaba literalmente cubierto por ellas y el promedio diario de
cucarachas muertas y aplastadas en mis sabanas cuando me despertaba eran de 40.
En Ramo Verde el problema principal es el volumen de ratas y las filtraciones
en techos y paredes, a parte de la
humedad y hasta que me operaron pasé
todo ese tiempo durmiendo en el piso por falta de cama. Es evidente que la rasgadura
en mi ojo se infectó, me nació una piel sobresaliente, se llenó de venas del
globo ocular, comenzó a crecer, la infección fue tomando todo el ojo y se formó
una verruga la cual fue creciendo hasta que se hizo insoportable y me llevaron
al médico en el hospital militar después de un año y dos meses, siendo que la
médico dijo que eso no era nada importante y no lo medicó, después de un mes el
dolor, molestia e infección eran tan impresionantes que me llevaron al mismo
centro hospitalario y me dijeron que tenía un tumor cancerígeno.
En medio de tanta persecución a mí, mis
familiares, seguidores, amigos y colaboradores, he visto con agrado y
consolación el apoyo y solidaridad de personas que son nacionalistas y que
buscan el bien, la justicia y libertad para Venezuela. Algunas de estas
personas han solicitado una medida humanitaria para mi situación médica, cosa
que les agradezco, pero que en realidad no es de mi agrado plateada simplemente
así. Yo exigiría junto a mi salida de la cárcel la liberación inmediata e
incondicional de todos mis causas del mal llamado proceso Gedeón II, exigiría
la liberación inmediata e incondicional de todos los líderes Nacionalistas
presos como el General Raúl Isaías Baduel, el General Ramón Lozada Saavedra y el Coronel Gámez, exigiría la liberación
inmediata e incondicional de todos los presos políticos. Como es posible
aceptar una medida humanitaria para mí después que me pusieron en sus mazmorras
y me hirieron y enfermaron con sus torturas y dejar atrás a mis compañeros de
causa e infortunio esperando cual sea el próximo víctima de su crueldad que
tenga un mal terminal para que la tiranía le conceda la “bondad” de otra medida
humanitaria como la que están pidiendo para mí. No soy de los que acepta una
sobadita por el lomo por parte de mi verdugo antes de cortarme la cabeza y
después continuar con los que luchan conmigo. Prefiero estar preso con la
libertad de poder decir la verdad de la monstruosidad socialista de la tiranía,
que estar afuera y tener que callarme porque me están curando. El cáncer que
está carcomiendo mis carnes no es peor que el cáncer socialista que destruye mi
patria.
Un trabajador del Hospital Militar que
ha visto de todo, me comenta que en materia de presos políticos atendidos allá
él ha visto que están utilizando la técnica cubana de enfermar a los enemigos
del gobierno según lo que éstos hagan mejor, o sea, a los que utilizamos la
cabeza, el estudio y los ojos para la lectura nos golpean la cabeza, a los que
utilizan las manos se las destruyen, a los que utilizan las piernas se las
quiebran y a los que utilizan el corazón se lo marchitan. Frente a esto cómo
voy a salir y dejar aquí solos a Regulo, José Luis, Yorfran, Luis y Alonso
y a los otros causas míos; cómo voy a abandonar a Eva Lugo, Jesús Medina
Ezaine y a los otros periodistas presos o a Antonio Pérez; cómo alguien podría
dejar sin remordimiento al Dr. Aguado o al Dr. Marulanda sin mostrar su protesta, cómo podría irme simplemente y no decir nada
de tantos militares presos aquí conmigo, sufriendo las mismas penurias e yendo
por el mismo camino al cadalso, simplemente por haber sido patriotas, luchar
por la libertad del pueblo y para derrocar la tiranía castro comunista.
Apreciada Dra. Tamara Suju, le solicito
una vez más que haga lo posible para que estos criminales en el poder paguen en
la cárcel tanta maldad. Le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros y por la libertad de
Venezuela. Le escribo como dando un
grito desde el silencio de mi mazmorra, con el dolor de las torturas y en la
oscuridad del cáncer que me carcome, para decirle que yo tengo los objetivos
claros y las ideas firmes y que en mi caso sé muy bien lo que tengo que hacer,
pero si caigo en el camino no importa, otros seguirán con más fuerza y mi
muerte en manos de la tiranía socialista la he ofrecido a la Santísima Virgen
de Coromoto, Reina, Madre y Patrona de Venezuela, para que destruya definitivamente
a la Revolución y aplaste al socialismo ateo y anti cristiano en Nuestra Tierra
de Gracia de la Pequeña Venecia.
Con mi mayor agradecimiento y un saludo
cordial, me despido atentamente.
Vasco
Da Costa
Pensador
Político
Presidente
del Foro de Caracas ONG
Vicepresidente
del Partido NOS
Líder
del Movimiento Nacionalista
Premio
Sájarov 2017
Preso
y Perseguido Político