Hace muchos años, leyendo a Julio Cortázar, mi imaginación tuvo la gran oportunidad de pasearse plácidamente por las calles de París, pero, una de las cosas particulares que recuerdo de esa lectura fue cómo esa placidez quedó semi suspendida en el aire cuando de repente Cortázar sentenciaba al cine húngaro en una línea: “…actores de cine de alguna pésima película húngara”. Por supuesto de inmediato inferí que al escritor le parecía el cine húngaro de sumo aburrimiento o de muy baja calidad e ipsofacto recordé aquella larguísima pero profunda película del año 2011 llamada The Turin Horse, que trata de la pesadez de la existencia humana y recuerdo también que tiempo después esbozé un paralelismo con respecto a Venezuela y dije a manera de sorna que debería hacerse una película que se llamara The Venezuelan Horse, porque qué pesado se hacía la existencia humana en Venezuela, pero como siempre, mi lado optimista vencía al pesimista y seguía la vida, la construcción de sí misma, el hobby cinéfilo, la lectura, la rayuela.

Y así transcurrió el tiempo y los filmes húngaros de repente se colocaron en el spotlight, y algo que me pareció más aún y con mucha fascinación fue el enterarme que el propio Primer Ministro, Viktor Orbán, le dijo al empresario y productor de cine, Andrew Vajna “Bring Hollywood to Hungría” (Trae Hollywood a Hungría) y hoy día Budapest es la segunda ciudad cinematográfica en Europa después de Londres.

Y pues, doy fe que moverse por Budapest es como caminar dentro de un inmenso plató de cine. Por ejemplo, cerca de la bulliciosa y famosísima calle Vaci se encuentra el Café Gerlóczy, que en 2005 imitó un café parisino en el Múnich de Steven Spielberg. Y no muy lejos se encuentra la avenida Andrássy, una avenida de un 1 Km y medio que se parece al Buenos Aires de los años 50′, tanto que Evita, con Madonna, fue filmada allí a mediados de los 90′ (aún cuando desprecio lo que significó Eva Perón ya quién la personificó en dicha película, no puedo dejar de reconocer el hecho de la ubicación en sí). Y si se cruza el hermoso Danubio a través del hermoso puente de la Libertad, se podrá apreciar el hotel Gellert a pie de las colinas de Buda, un edificio icónico que sirvió de inspiración visual a Wes Anderson para su película de 2014, El Gran Hotel Budapest, por cierto, a mi juicio, aburridísima película, la cual creo haber hecho que Cortázar mantuviera firme su opinión.

Pues sí, es así de fascinante Budapest, y quien les escribe, mis estimados lectores, ha tenido la gran oportunidad de estar presente en estudios de grabación y locación en dicha formidable ciudad y formar así parte del elenco de Extras para películas y series y experimentar ese interesante mundo. Si les dijese que the Day of the Chacal con Eddy Redmayne fue filmada en Budapest pero recreando Berlín, ¿me lo creerían? O Hidden Hands, entre cuyos protagonistas está Emily Watson y que se supone se desarrolla en el Espacio Sideral, también fue rodada en suelo budapense. O que parte de las escenas finales de aquella genial serie Homeland con Clare Danes, proyectaban estar en Moscú pero en realidad estaban en Budapest. Y así la película Inferno, la cual lamentablemente es una oda al globalismo por el tema del cambio climático y la superpoblación, pero fue filmada también en Budapest; así como Misión Imposible 5, etc, etc. O más recientemente, la vida de la talentosa soprano griega María Calas fue filmada en las mismas calles de Pest haciendo las veces de París y en donde se pudo ver a una Angelina Jolie muy serenamente por las calles de la ciudad mientras duraba el rodaje.

Ciertamente Hungría posee un complejo de estudios cinematográficos extraordinarios, por mencionar algunos: SternStudios, OrigoStudios, etc. Y es que es una ciudad de belleza inaudita, una ciudad de luces, muy iluminada; una ciudad que de noche es más fascinante aún. Y ante ese escenario yo me preguntaba, cómo es que un país sin petróleo o gas, posee una óptima red eléctrica a nivel nacional que interconecta a todas sus regiones y que dicha electricidad la genera a partir de combustibles fósiles, energía nuclear o renovable, lo cual siempre y sine qua nom va a significar depender de importaciones de gas y petróleo de otros países productores, cosa que hace su funcionamiento más admirable aún y permite de paso darse el lujo de grabar grandes producciones ¡con la energía que eso demanda!

Y son éstas las situaciones que una observa y generan una serie de interrogantes a la vez que desazón. Por ejemplo, cómo es que en mi país, Venezuela, con tantos recursos y que toda su electricidad sea generada principalmente a partir de energía hidroeléctrica, gas natural y petróleo, recursos que posee a manos llenas, todo sea tan desastroso y cuesta arriba. Y es verdad que venía hilando un tema grato, apacible, chévere, que hace que una trascienda y se llene de ese “oye, que chévere conocer un poquito más de las cosas positivas que impregnan el mundo”, pero llega el momento en el que la imaginación es ahogada completamente por la razón y esta razón me hace ver las profundas grietas que sufren la mente y el alma por tanto sufrimiento que padece Venezuela en todos sus órdenes, y en ese contexto del tema de lo ‘fastuoso de la iluminación de Budapest que hasta para hacer cine da’, me remito automáticamente a lo totalmente opuesto, a lo totalmente antónimo en mi país, específicamente, a lo terrible del funcionamiento del tema eléctrico.

Y en ese andar de la razón hice un ejercicio mental y en medio de ese existencialismo que se hace cada vez más pesado, me pregunté qué pasaría por la mente (vacua of course) del vergonzoso cuerpo diplomático venezolano acreditado en Budapest al ver una ciudad ordenada y vibrante, iluminada en un 100%, que de paso enfrentó al oprobioso monstruo del comunismo, al cual derrotó estoicamente y extrajo de raíz y ahora se da el lujo de ser libre y hacer tantas cosas, que quizás para mucho resultan superficiales, como por ej, grabar películas de cine o ver actores famosos de Hollywood camimando libre y plácidamente por sus calles con la plena seguridad que nada malo les pasará. Qué pensará dicho cuerpo diplomático al ver un país que no produce petróleo o gas pero que nunca le falla la electricidad.

Qué vergüenza para dicho cuerpo diplomático que en vez de dedicarse a cultivar su relación bilateral beneficiándose de todo lo positivo de dicho país europeo, simplemente se dedique a pregonar sandeces que si la batalla contra el imperio, que si los magnicidios, que si el Estado comunal, que si el comandante, que si el show funeral del mismo, que si tantos años de la retoma del poder del mismo, que si la patria el socialismo o muerte y cuanta ESTUPIDEZ más, y de paso representar a un régimen criminal (por cierto, que trauma para cualquier diplomático de carrera que se oponga al socialismo y respete la vida).

Imaginemos por un instante un evento diplomático en el que estén congregadas todas las misiones acreditadas en territorio húngaro y de pronto el tema sea ‘lo bien que funciona el sistema eléctrico húngaro”, no obstante compartir 136.7 Km de frontera con un país en guerra como lo es Ucrania, no obstante debe importar el gas de Rusia, no obstante debe aceptar sanciones absurdas por parte de la UE, y que dicho sea de paso, en temporada de invierno u otoño nunca falla la calefacción. Por el contrario, cómo es que un país petrolero con las reservas certificadas más grandes del mundo como lo es Venezuela, falte la electricidad de 4 a 5 horas por día, lo cual ha sido una constante desde 2010; cómo es que una familia venezolana pasa dos meses sin gas doméstico para cocinar; cómo es que los hospitales venezolanos quedan sin luz en plena faena y que en pleno quirófano los médicos tengan que operar con las linternas de sus celulares; cómo es posible que los ministerios e instituciones gubernamentales hayan recortado sus horarios laborales simplemente por ahorro energético; cómo es que funcionarios públicos laboran dos días por semana nada más; cómo es que falta el agua en mas del 50% de los hogares venezolanos; cómo es que hay gente que come de la basura; en fin, cómo es posible que el dolor forme parte de la existencia diaria; y la respuesta es simple: socialismo = destrucción.

El gran saqueo que ha sufrido Venezuela es abismal. No olvidemos que fue Derwick Associate la empresa escogida a dedo por Rafael Ramirez, (ex Ministro de Petróleo y Minería y ex Presidente de PDVSA durante las tiranías de Hugo Chávez y Nicolás Maduro), para beneficiarse de los contratos de la emergencia eléctrica decretada por el jefe del acantarillado de aguas cloacales, Chávez, el 8 de febrero de 2010, y que costó al país más de 60.000 millones de dólares y tengo entendido que esa cifra es muy superior a la inversión total de gobiernos anteriores en materia eléctrica y Venezuela lleva años a oscuras. Ahh y tampoco olvidemos jamás que el “Estado Mayor eléctrico” conformado en el marco de esa emergencia estaba compuesto por el alcantarillado: Rafael Ramírez, Elías Jaua, Héctor Navarro, Nervis Villalobos y Argenis Chávez. Por cierto, dos de ellos, líderes adorados vanagloriados por la ‘falsa oposición’, la cual navega plácidamente en esas aguas residuales. Si SternStudio estuviera aquí en Venezuela simplemente diría que se trata de una película de terror de alto presupuesto, porque vaya que han destruido premeditadamente, milimétricamente el país, saben lo que hacen, tienen claro que su único objetivo es el saber del poder separado de la ética y la virtú es su eje, entendiendo por esa virtú sin d y con acento, la virtú maquiavélica, aquella que expresa que si para alcanzar, mantener y extender el poder es necesario cortarle la cabeza a tu propia madre, tienes que hacerlo ….y así se conduce el régimen!

Me resta por decir nada más que así como en un estudio de grabación se resetea una escena cuando queda mala y se va al First Position and Action hasta que ésta quede excelente, en Venezuela es menester extraer la tiranía de raíz y resetear todo lo que ella engloba e ir todos al First Position and Action: a construir país….A filmar nuestra propia película en Libertad!

Mary Carvallo