Un lugar donde la parcialidad con Venezuela cobra cuerpo

Un lugar donde la parcialidad con Venezuela cobra cuerpo

Franzel Delgado Sénior / HOY HAGO MIA LA VOZ

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Franzel Delgado Sénior / HOY HAGO MIA LA VOZ  DE LOS MEDICOS VENEZOLANOS.


20/11/11



La voz de los que aún adolescentes decidimos donar miles de días y de noches de nuestras vidas,


la  voz de los que por años pedimos en préstamo sin retribución tantos momentos de ausencia a nuestras esposas e hijos,


la voz de los  que aprendimos a igualar los días de la semana,


la voz  de los que disfrutamos de los festejos en el aislamiento de blanco uniformado,


la de los que convertimos el tiempo en maniobras eternas para no desarticular la vida familiar,


la de los que aceptamos que cambiar desvelos por conocimientos es un compromiso inextinguible,


la de los de los que creemos en la entrega vitalicia a la nobleza de una misión,


la  voz  de los  que asumimos el servicio médico como tarea sagrada de la existencia.



Hoy, nuestra Medicina está herida de muerte. Por alevoso homicida conocido, con su puñal de perversidad,  disimulado entre los mandados de sus subalternos que junto a él adquieren una deuda imperdonable con la población venezolana.


A cuantos seres humanos están  empujando a las sombras irreversibles del sufrimiento y de  la muerte .


Destruyen con firmas de ignorancia y tinta de desverguenza, los siglos de empeños académicos para construir la mejor Medicina de latinoamérica.


La treta que genere dividendos políticos es suficiente para autorizar a miles de estudiantes estafados a cometer legales homicidios culposos.


La suerte nunca es constante. Alguna vez ellos mismos y sus hijos serán víctimas inevitables y desesperadas de sus propios  homicidas inocentes.


Hoy, los médicos de esta tierra somos tristeza, somos ira, somos adoloridos testigos del comienzo de la agonía de todo lo que nos hizo sentir orgullosos. Un tropel de colegas, más allá de los tiempos, con Vargas y Razetti al frente, debe estar expectante de nuestros pasos.


 No es hora de bajar cabeza y teñir nuestras batas de verguenza , son tiempos de emergencia, de unir los espíritus  y entrelazar los esfuerzos con el coraje y la valentía, para defender  hasta las últimas consecuencias nuestro juramento hipocrático.  Evadirlo nos convierte en complices del homicidio.


Nuestra Medicina  nos llama con rostro de severo quebranto y espesas lágrimas que escurren por sus aún limpias mejillas.


No hay nación en el mundo que haya sufrido una lesión tan grave en su estructura social.


Dolorosamente el tiempo lo demostrará…….. si es que antes, no lo evita la rebelión de sus médicos ayudados por las  células multiplicadas  rabiosamente en defensa  de  la Medicina y del país.

Franzel Delgado Sénior.

Médico- Psiquiatra.

Egresado de la U.C.V,  (1969).


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