Nomenklatura y poder, un repaso (extracto I)
Escrito por:
Pavel Quintero @PZakh
Importancia de la Nomenklatura como Precedente Histórico y Comparativo
Si bien la nomenklatura soviética es un fenómeno histórico específico a inicios del siglo XX post Guerra Civil Rusa, sus principios operativos pueden observarse en diversos contextos contemporáneos. La gestión de una oposición controlada y favorable al régimen mediante esta táctica histórica es palpable en regímenes autoritarios modernos que buscan mantener en apariencia una legitimidad -el caso venezolano podría ser un ejemplo de ello-.
Al analizar la nomenklatura como una estrategia de conservación, se revelan patrones universales en la manipulación del poder político y en la interacción entre control y un supuesto pluralismo, falso de raíz, que no es visible o entendible para la sociedad en general. Es importante tener en cuenta estas dinámicas no solo como un legado del pasado, sino también como un marco para interpretar estrategias de gobernanza en el presente.
La Nomenklatura Soviética y su Papel en la Dinámica del Poder
La nomenklatura fue una élite político-administrativa que tuvo un rol crítico y significativo en el funcionamiento de la dinámica de poder en la Unión Soviética. Este sistema estaba compuesto por un listado de cargos esenciales en el gobierno, la economía y todo el entramado social que solo podían ser ocupados por individuos autorizados por el Partido. Su objetivo era garantizar el control del partido sobre las determinaciones claves, consolidando una estructura de poder jerárquica que aseguraba la fidelidad ideológica y política. No obstante, más allá de ejercer un papel operativo, la nomenklatura constituyó un sofisticado instrumento de control político que no solo organizaba la administración del Estado, sino que también tenía el propósito de administrar y contrarrestar las amenazas al poder central que pudieran surgir dentro del mismo partido o de la sociedad en general.
La Oposición Política Controlada
Uno de los elementos más curiosos del control político de la Unión Soviética fue la aplicación de la nomenklatura para organizar una “resistencia” u “oposición” política regulada. En vez de suprimir por completo toda señal de disidencia, el sistema facilitó la generación de espacios donde las críticas y discrepancias podían manifestarse siempre dentro de los estrictos límites previamente establecidos con anterioridad por el partido. Esta estrategia tenía como objetivo identificar, canalizar, contrarrestar y neutralizar las tensiones internas antes de que se transformaran en movimientos de desestabilización. Los individuos que se permitían presentarse como “opositores” eran cuidadosamente seleccionados por las altas esferas del Partido, garantizando así que su impacto estuviera restringido y que sus metas nunca pusieran en duda la autoridad esencial del Partido Comunista. El único objetivo de dicha “oposición” era generar estabilidad y un canal de desahogo para las tensiones sociales sin que esto representara un peligro de cambio.
La Paradoja del Control y la Apariencia de Pluralismo
La gestión de la oposición posibilitaba al sistema soviético mostrar en apariencia pluralismo y discusión interna, aspecto esencial tanto para la legitimidad interna como para la imagen exterior. Esta táctica generaba una paradoja: al promover una disidencia restringida y regulada, se creaba un ambiente político dinámico que se contraponía con la sensación de represión total. En estas circunstancias, la nomenklatura actuaba como un filtro: escogía a los participantes de la oposición, definiendo las fronteras de su discurso y garantizando que su presencia terminara reforzando, en vez de mermar, la autoridad del sistema.
Mecanismos de Selección y Supervisión de la Oposición
Los procedimientos para administrar esta “resistencia” política controlada estaban fuertemente incorporados en la estructura de la nomenclatura. Los políticos seleccionados para estos puestos eran valorados no solo por su habilidad técnica, sino también por su fidelidad y predictibilidad. Una vez seleccionadas, estas figuras eran supervisadas de manera constante, lo que incluía el control de sus acciones, discursos y relaciones, tantos afectivas y sentimentales como de negocios. Además, la disponibilidad de recursos y oportunidades se basaba en el acatamiento de las reglas preestablecidas, lo que garantizaba su dependencia del sistema. Este modelo de control eficaz evitaba la posibilidad de que estas figuras se desviaran del objetivo inicial designado por la formación política.
Lecciones para el Control Político en Regímenes Autoritarios
El estudio de la nomenklatura y su función en la administración de una oposición controlada brinda enseñanzas fundamentales para entender el funcionamiento de los regímenes autoritarios. Este modelo ilustra la manera en que un sistema puede emplear la disidencia como un instrumento para consolidar su dominio. Estos regímenes, al dirigir las tensiones por rutas preestablecidas y controladas, pueden prevenir explosiones sociales inesperadas, mientras construyen una narrativa de legitimidad. En el dado caso de que una explosión social ocurra tienen los elementos necesarios para conducir y controlar dicha manifestación hasta que se diluya. Esta perspectiva no solo fortalece la estabilidad interna, sino que también disminuye el costo político de una represión abierta, lo cual es particularmente significativo en situaciones donde la percepción internacional tiene un rol fundamental.
Escrito por:
Pavel Z. Quintero B.