La Cuba comunista no es el origen, históricamente hablando, de la penetración marxista en el subcontinente. Sin embargo, la Revolución Cubana, jerárquica y operativamente hablando, se convirtió en el epicentro infranqueable del asedio socialista en Latinoamérica y el Caribe, poniéndose a la cabeza de todo el movimiento. No hay derrota del marxismo en el Hemisferio Occidental, sin la derrota total del régimen comunista cubano.